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Dentro de esta ciudad tan cultural existen más de 95 monumentos nacionales, un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, un puerto y sus característicos cerros que cubren la ciudad.
Unos de los más conocidos son el cerro Concepción, el cerro Alegre y el cerro Bellavista. Todos ellos gozan de una mezcla de arquitectura la arquitectura nacional y europea, lo que le da un carácter excéntrico y al mismo tiempo bohemio. Al mismo tiempo, dentro de los cerros hay distintas cafeterías, museos, paseos e iglesias que permiten pasar el día completo recorriendo esta bella y colorida ciudad.
Bohemia y colorida. Valparaíso te invita a descubrir siempre un nuevo decorado urbano, una interesante galería de arte o un rincón gastronómico, entre sus laberínticos cerros que han sido inspiración de poetas y escritores.
Cautívate con la loca arquitectura de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Recorre a pie sus estrechas calles, infinitas escaleras, históricos ascensores y sus múltiples miradores. Contágiate de la alegría de sus carnavales y espectacular show de juegos artificiales que despiden desde el mar las Fiestas de Fin de Año.
La "Joya del Pacífico", como se conoce a Valparaíso, también alberga el Congreso Legislativo de Chile y la sede de la Armada de Chile. ¡Admira estos edificios históricos y empápate de la historia marítima del país! No olvides visitar su puerto y caletas, fiel retrato de la idiosincrasia chilena. ¡Sorpréndete con el mercado de productos del mar recién extraídos y la extrovertida labia de los pescadores!
Piérdete en los cerros de Valparaíso y descubre las historias que se esconden en sus escaleras, funiculares (ascensores que corren sobre vías férreas) y pintorescas casas. Toma el funicular El Peral, donde en la parte superior serás recibido por el hermoso Paseo Yugoslavo y el Palacio Baburizza, que alberga el Museo Municipal de Bellas Artes.
Disfruta del paisaje mientras contemplas la bahía de este puerto principal o prueba los deliciosos platos preparados con mariscos frescos en los restaurantes locales. No te puedes ir de Chile sin haber probado las tradicionales empanadas chilenas o sin haber probado un buen vino chileno. El charquicán, la cazuela o las sopaipillas con pebre para pasar el frío del invierno o preparaciones hechas a base de maíz como los son el pastel de choclo y las humitas que son características del verano. También te puedes refrescar con un buen mote con huesillo a base de durazno y mote.
Sube el Cerro Concepción por la calle Montealegre y sorpréndete con la extraordinaria Iglesia Luterana de La Santa Cruz. Aquí comienza Paseo Dimalow, donde podrás descansar en sus hermosos hoteles boutique.
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